viernes, 22 de junio de 2012

Chile y China ?


El espíritu emprendedor, que le permitió a los clanes de Cantón acceder a la tecnología requerida para fortalecer la presencia china en sus mercados externos, como así también poder recaudar mayores ingresos por concepto de los bienes que ellos transaban con empresarios occidentales, el mismo está hoy detrás de algunas iniciativas públicas y privadas chilenas.
Estas buscan construir, sobre lo sembrado gracias a la “Lista de Primeros”, en particular los beneficios que se han abierto al productor y exportador chileno por medio del Tratado de Libre Comercio en bienes. Son ciertamente los pioneros que están abriendo camino para que sus pares opten por un mercado que está llamado a ser el más importante para Chile en la próxima década.



Actualmente, China es nuestro segundo socio comercial y mantenemos un superávit en la balanza comercial de varios miles de millones de por medio. Através de iniciativas tales como el proceso de “Ciudades Hermanas”, en donde se busca potenciar el intercambio de productos como así también fortalecer la confianza y el conocimiento por medio de actividades culturales y académicas entre localidades chinas con sus pares de nuestro país (Guangzhou-Viña del Mar; Pingxiang-Copiapó; VIII° Región-Chengdu y Qingdao-Puerto Montt son algunas de las actuales “Ciudades Hermanas”), la ruta para que China se convierta en nuestro primer socio comercial es muy expedita.
Muchas veces se ha definido la relación Chile – China como una que históricamente ha estado basada en individualidades. Compañía Sudamericana de Vapores y la adquisición de la naviera Norasia; CODELCO y su relación comercial con China Minmetals; Banco de Chile y la instalación de la primera oficina de representación de un banco latinoamericano en la capital, Beijing; Andrónico Luksic y su interés por desarrollar la industria vitivinícola local por medio de un leasing de tierras en la provincia de Xinjiang, son todos ejemplos concretos de éstas individualidades que de paso, poseen características similares a la realizada por un clan cantones en el siglo XIX.
Los integrantes de la Cámara de Comercio Chile – China no se quedan atrás cuando de emprendimiento se trata o cuando intentamos identificar integrantes del “clan chileno”. En los últimos meses han organizado más de algún encuentro de alto nivel empresarial, con miras a darle mayor musculatura a una relación bilateral de carácter integral. Aunque aún una individualidad en el esquema que debe constituirse para acercarnos más a China, sus integrantes están abriéndole paso a Chile en Oriente y, a la vez, cambiando la forma que nuestra sociedad entera ve y siente a China.
Un llamativo ejemplo de una obra individual de Chile en China ha sido el trabajo de investigación en terreno que efectuaron equipos especializados de Sanidad Naval. Tras un período de pruebas y rigurosos exámenes técnicos, hoy los hospitales dependientes de la Armada de Chile han incorporado equipamiento médico que es de calidad similar pero – lo más importante – adquirido a un precio muy menor al europeo y norteamericano. El ahorro alcanzado por la Armada en la compra de este tipo de insumos médicos ha permitido evaluar el incrementar prestaciones a las miles de personas que acuden anualmente a los hospitales navales en Chile.
Por su parte, empresas constructores de nuestra zona austral, anticipándose a los requerimientos técnicos asociados a la ampliación de nuestra infraestructura energética y caminera, se encuentran en negociaciones avanzadas para incorporar equipos pesados fabricados por una de las principales firmas a nivel mundial de maquinaria, la cual en el 2006, comercializó en Asia Central, África, Europa y América del Norte, equipos por un monto superior a los US$4 mil millones. La empresa – CMEX - también está interesada en proveer de equipos bomberiles a localidades cuyas autoridades y voluntarios no cuentan con los recursos requeridos para adquirir carros fabricados en Europa o en los Estados Unidos.
Casos como el de estos audaces empresarios patagónicos son aún contados con los dedos de la mano en Chile. La mayoría aún debe vencer el temor que subsiste en nuestro país sobre la calidad de equipos producidos en China, algo muy parecido a lo que le sucedió a Japón en la década de los sesenta o a Corea del Sur en la década de los ochenta. Hoy, son muy pocos a los que no les agrada un producto diseñado y producido en Japón o Corea. Dentro de muy poco, siguiendo el ejemplo que ha iniciado Derco con automóviles SUV producidos en China, la población chilena tendrá otro apetito por los bienes de capital manufacturados en esas latitudes y que le otorgan un valor agregado a nuestro actual esquema de desarrollo.
La relación Chile-China está lo suficientemente madura para dar un salto tanto cualitativo como cuantitativo en términos de intercambio comercial.Para surtir el efecto que en su momento buscaron los integrantes de un clan cantonés en los Estados Unidos, se requiere de una estrategia concreta, dotada de los medios profesionales y financieros, más de la decisión institucional asociada a cualquier política sustentable.
Los requerimientos de infraestructura energética, recreacional, caminera, portuaria, educacional y hospitalaria se pueden transformar fácilmente de ser un peso para nuestra sociedad a una oportunidad para darle mayor sustancia a una relación bilateral que, por el lado chileno, se está basando en la compra de bienes de consumo – como poleras, pantalones y pantallas de plasma - por sobre aquellos que perduran en el tiempo y le otorgan un mayor brío a nuestras políticas públicas.
El Año del Cerdito Dorado se caracteriza – según especialistas – en favorecer a quienes emplean sus talentos y energía en la búsqueda de mayores conocimientos. Se trata de un Año en donde quienes poseen coraje y una visión de liderazgo, ciertamente triunfarán. Por todo, está dado que éste bien puede ser el año en que Chile entero opta por irse “al chancho” con China. El camino está claramente abierto, por la “Lista de Primeros” y expedíto, por individualidades comprometidas con un mejor presente y mañana.

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